La berenjena se distingue fácilmente por su piel púrpura. Su pulpa es blanca y compacta, lo que la hace adecuada tanto para cocinar al horno como para freír o asar a la brasa.
La planta alcanza unos 70-80 cm de altura y es robusta, con un follaje abundante que protege bien los frutos. Estos suelen ser alargados y ovalados, más largos que gruesos. La berenjena tiene raíces antiguas, pues ya se mencionaba en el siglo XIX en manuales agrícolas. Hoy en día se valora sobre todo por su atractivo aspecto y por el rendimiento estable en el campo.
INFORMACIÓN NUTRICIONAL
Como la mayoría de berenjenas, destaca por ser baja en calorías y muy rica en agua, fibra y antioxidantes como la nasunina, especialmente presente en la piel. Además, aporta vitaminas del grupo B, vitamina C, potasio y manganeso, lo que la convierte en una hortaliza saludable y recomendable dentro de una dieta equilibrada.
TEMPORADA DE CULTIVO
La temporada de cultivo de la berenjena comienza con la siembra entre los meses de febrero y marzo. El trasplante se realiza entre abril y mayo, mientras que la cosecha se prolonga desde julio hasta octubre. Las semillas terminan de madurar entre septiembre y octubre, completando así el ciclo de cultivo de esta variedad.